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La revista Psicothema fue fundada en Asturias en 1989 y está editada conjuntamente por la Facultad y el Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo y el Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias. Publica cuatro números al año.
Se admiten trabajos tanto de investigación básica como aplicada, pertenecientes a cualquier ámbito de la Psicología, que previamente a su publicación son evaluados anónimamente por revisores externos.

PSICOTHEMA
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Psicothema, 2003. Vol. Vol. 15 (nº 2). 176-182




LA DIFERENCIA PERCIBIDA EN VALORES COMO PROCESO VINCULADO A LAS RELACIONES INTERGRUPALES DE PAYOS Y GITANOS

Rosa Rodríguez-Bailón y Miguel Moya Morales

Universidad de Granada

El presente estudio pone a prueba la hipótesis de que las diferencias percibidas en la humanidad y en los valores que guían la vida del endogrupo y del exogrupo se encuentran relacionadas con el prejuicio hacia este último. Una muestra de 145 adolescentes (payos) puntuó la importancia de diferentes valores para los payos (endogrupo) y los gitanos (exogrupo) utilizando la escala de valores de Schwartz y Bilsky (1987), y respondieron a una escala de prejuicio y de humanidad percibida en ambos grupos. Los resultados muestran que los individuos con un alto nivel de prejuicio hacia los gitanos, comparados con los que tienen bajo nivel, perciben mayores diferencias entre los valores de payos y gitanos, y consideran que existen mayores diferencias entre la humanidad de ambos grupos. Estos datos apoyan la función justificativa que pueden ejercer las diferencias percibidas en valores en el mantenimiento de ciertas actitudes intergrupales.

Perceived values-differences as a process involved in the intergroup relationship between gypsies and non-gypsies. The present study tests the hypothesis that the prejudice toward outgroups is related to the perceived difference between the humanity and values of the ingroup and those of the outgroup. A sample of 145 teenagers (non-gypsies) scored the importance of a series of values for non-gypsies (ingroup) and gypsies (outgroup) using the Schwartz Value Survey (Schwartz & Bilsky, 1987). The participants also filled out a prejudice scale and a measure of the perceived humanity of both groups. The results show that high prejudiced individuals, compared to low prejudiced participants, perceive bigger differences between the values of gypsies and those of non-gypsies. The findings also show that high prejudiced individuals also perceive greater differences between ingroup and outgroup humanity. These data support the justifying function of perceived value differences in maintaining certain intergroup attitudes.

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Algunas de las explicaciones recientes sobre las nuevas formas de prejuicio mantienen que los valores juegan un papel importante en el antagonismo intergrupal (Gaertner y Dovidio, 1986; McConahay, 1986). Así, por ejemplo, Pettigrew y Meertens (1995) hacen una distinción entre prejuicio manifiesto (tradicional) y sutil, considerando que este último es más importante en la actualidad. El primero estaría basado en la percepción de amenaza por parte del exogrupo y en la oposición al contacto íntimo con quienes pertenecen a él (Morales y Moya, 1996). En el prejuicio sutil estos autores encuentran tres componentes aceptados socialmente en nuestra cultura. El primero y el segundo, los más interesantes en nuestra línea argumental, hacen referencia a la defensa de los valores tradicionales y a la exageración de las diferencias culturales. El primer componente contribuye a hacer culpables de la situación en la que se encuentran a los mismos grupos víctima de prejuicio, ya que, siempre desde la perspectiva del grupo dominante, los valores que predominan entre los miembros de los grupos discriminados no son los exigidos para alcanzar el éxito en nuestra sociedad. Por otra parte, la exageración de las diferencias culturales conduce a una justificación de la actitud prejuiciosa, que queda legitimada no por la supuesta inferioridad del grupo discriminado, sino por las diferencias culturales en creencias y valores.

En apoyo a esta formulación teórica, los estudios realizados por Esses, Haddoc y Zanna (1993) muestran que las creencias simbólicas acerca de que ciertos grupos sociales facilitan o dificultan valores, costumbres y tradiciones, correlacionan con las actitudes que los canadienses mantienen hacia esos grupos (canadienses francófonos, homosexuales y pakistaníes).

En esta misma dirección, pero ahora desde la teoría «Raza-Creencia», Rokeach (1968) postula que los individuos tienden a considerar que los miembros de otros grupos diferentes al propio tienen creencias (actitudes y valores) que difieren de los que mantienen los miembros del endogrupo. En las investigaciones generadas por esta teoría se ha encontrado que más que la simple pertenencia grupal, es la congruencia entre las propias creencias y las creencias adscritas a los miembros del exogrupo lo que predice las actitudes prejuiciosas hacia el exogrupo (Struch y Schwartz, 1989).

Pero no se trata sólo de que la percepción de semejanza o diferencia en valores lleve al prejuicio y a la discriminación, sino también de que cuando existe una conducta clara de discriminación y de hostilidad hacia un exogrupo, la diferencia percibida en valores puede utilizarse como una justificación de esa hostilidad. Así, los individuos intentarían justificar la agresión intergrupal, evitando las implicaciones negativas que potencialmente tiene este comportamiento hostil para su autoconcepto, deshumanizando al exogrupo y percibiéndolo sin la sensibilidad moral que caracteriza a la naturaleza humana (Schwartz y Struch, 1989, p. 365).

Las formulaciones teóricas expuestas asumen que la diferencia en valores importantes para el endogrupo y ciertos exogrupos estará relacionada con actitudes negativas hacia esos exogrupos. Sin embargo, desde la Teoría de la Identidad Social (Tajfel y Turner, 1986) se sugiere que la similitud en valores puede ser percibida como amenazante para aquellos grupos que vean reducida la posibilidad de conseguir una identidad social distintiva con respecto a la de ciertos exogrupos. Por tanto, desde esta aproximación se postula que bajo ciertas circunstancias, y teniendo en cuenta diferentes variables (Brown y Abrams, 1986; Huici y Ros, 1993), la similitud intergrupal puede llevar a la búsqueda de diferenciación con los grupos que pueden resultar amenazantes (Branscombe, Ellemers, Spears y Doosje, 1999; Brown, 1984; Jetten, Spears y Manstead, 1998). Entre los objetivos de la presente investigación está el de determinar si tal como se deriva de la aproximación de Rokeach la similitud en valores entre el endogrupo y el exogrupo se relaciona con un bajo prejuicio hacia el exogrupo, o por el contrario la similitud representa una amenaza para la identidad del endogrupo, y por tanto se relacionará con más altos niveles de prejuicio hacia el exogrupo.

Un último elemento relevante para la presente investigación procede de nuevo de la formulación de Schwartz que mantiene que la jerarquía de valores que se cree mantienen los miembros de un grupo está relacionada con la naturaleza con que se percibe a ese grupo. Según Schwartz y Struch (1989) las personas expresan su humanidad a través de los objetivos y comportamientos que consideran más deseables, es decir, por medio de su jerarquía de valores. Por ejemplo, campos motivacionales relacionados con valores como el universalismo, que persigue la igualdad y el bien común, pueden estar más asociados con características eminentemente humanas, mientras que valores que persiguen la búsqueda del placer podrían considerarse como valores compartidos con otras especies inferiores. De esta forma, el estereotipo que un grupo tenga acerca de la jerarquía de valores de otro grupo revela la impresión que el perceptor tiene acerca de la naturaleza humana-no humana de los miembros de ese grupo (Struch y Schwartz, 1989). Pérez, Moscovici y Chulvi (2002) están de acuerdo con esta idea cuando postulan que la dimensión natura-cultura sirve de base para una clasificación social dentro de la cual determinados grupos minoritarios son representados fuera del área ocupada por la cultura (la cual define la identidad humana), y en su lugar aparecen en el área destinada a la natura, que sería la dimensión que define la identidad animal. De acuerdo con su punto de vista, las minorías étnicas se representan por medio de la natura positiva, como una forma intermedia entre el ser humano y el animal. En definitiva, según Schwartz y Struch (1989), además de la similitud percibida en los valores con otro grupo, ciertos tipos de valores pueden reflejar la humanidad de un grupo directamente. Dos grupos de valores han resultado de especial relevancia en este sentido. Por una parte lo que podemos llamar valores prosociales, entre los que se encuentran la igualdad, ayuda, mundo en paz, perdón, altruismo, honestidad, y de otra lo que los autores denominan hedonismo, que incluye valores como el placer y la vida cómoda. Estos grupos de valores pueden suponer un reflejo de la humanidad percibida porque mientras los valores prosociales reflejan un deseo consciente de promover el bienestar de los otros, los hedonistas reflejan los intereses egoístas que compartimos con otras especies animales.

El objetivo general de la presente investigación consiste en analizar la relación existente entre la diferencia percibida en valores entre el endogrupo payo y el exogrupo gitano y el antagonismo actitudinal (prejuicio) hacia este último. Así el primer objetivo se centra en determinar si en las relaciones payos-gitanos es la similitud en valores lo que determinaría menores niveles de prejuicio, tal como se derivaría de algunos estudios anteriores (Gómez y Ruiz, 2001; Schwartz y Struch, 1989; Struch y Schwartz, 1989), o esta similitud produciría mayor diferenciación y por tanto actitudes más prejuiciosas hacia los gitanos como propone la Teoría de Identidad Social.

Se ha elegido como exogrupo al grupo gitano porque es la minoría étnica más importante en España demográfica y simbólicamente (Gómez y Ruiz, 2001). Además, la relación entre payos y gitanos en Andalucía ha sido una de las dinámicas intergrupales sobre las que más preocupación han mostrado sociólogos, antropólogos y psicólogos sociales, dada su importancia para el desarrollo armonioso de la sociedad actual (Carmona, 1995). De hecho, investigaciones recientes que tienen como objeto ofrecer una descripción del fenómeno del prejuicio en España muestran que el nivel de prejuicio hacia los gitanos sigue siendo de los más altos mantenidos en la sociedad española, por encima del que se muestra hacia otros grupos minoritarios como los inmigrantes magrebíes o los sudamericanos (Rueda y Navas, 1996; Rodríguez-Bailón, Barranco y Casado, 2000; Rodríguez-Bailón y Puertas, 2000).

Concretando algo más nuestros objetivos, en primer lugar nos centraremos en analizar las diferencias percibidas en valores entre el endogrupo payo y el exogrupo gitano. En segundo lugar, estudiaremos si las diferencias percibidas en los diferentes tipos de valores y en la humanidad percibida endo-exogrupal varían en función del grado de prejuicio (tanto manifiesto como sutil) que manifiestan los individuos.

Método

Participantes

En el estudio participaron 145 estudiantes de dos institutos de Enseñanza Secundaria de Granada. El 13% de los participantes fueron hombres y el 87% mujeres. Los resultados que se presentan más adelante no se vieron modulados por el sexo de los participantes. Sus edades oscilaron entre 13 y 20 años (M= 15,94; DT= 1,2). Ninguno de los participantes en este estudio fue de etnia gitana.

Instrumentos

Todos los participantes contestaron voluntariamente un cuestionario que contenía las siguientes medidas en el mismo orden en el que se presentan (salvo que se indique lo contrario):

1. Datos socio-demográficos: edad, sexo, curso y centro de enseñanza.

2. Escala de prejuicio de Pettigrew y Meertens (1995) (se utilizó la versión en castellano de Rueda y Navas, 1996), que se compone de dos subescalas. La primera agrupa ítems que miden prejuicio manifiesto y consta de dos componentes fundamentales: la percepción de amenaza por parte del exogrupo (e.g., «pienso que los payos y los gitanos nunca pueden estar realmente tranquilos unos con otros, incluso aunque sean amigos») y la oposición al contacto íntimo con quienes pertenecen a él (e.g., «no me importaría tener relaciones sexuales con una persona gitana»). La segunda subescala se refiere a lo que los autores denominan racismo sutil, e incluye tres componentes menos explícitos y más aceptados normativamente: a) la defensa de los valores tradicionales por parte del endogrupo (e.g., «El hecho de que los gitanos no salgan adelante es porque enseñan a sus hijos valores y destrezas que no son las adecuadas en esta sociedad»); b) la exageración de las diferencias culturales entre los dos grupos (e.g., «Por lo que he podido ver, los gitanos son muy diferentes a los payos en su forma de hablar y de comunicarse con la gente»); y c) la manifestación de reacciones emocionales positivas hacia el exogrupo (e.g., «¿Has sentido alguna vez admiración por una persona gitana?»). El formato de respuesta fue una escala tipo Likert de 5 puntos (desde 1 –totalmente en desacuerdo– hasta 5 –totalmente de acuerdo–).

3. Cuestionario de valores que guían la vida del endogrupo (payos) y del exogrupo (gitanos). Se utilizó la Escala de Valores de Schwartz (Schwartz Value Survey, Schwartz y Bilsky, 1987, traducción y adaptación de Ros y Grad, 1991) compuesta por 59 valores, 33 finales y 26 instrumentales. Aunque en la presentación de la escala se hizo esta distinción, como originalmente la ideó Schwartz (1992), investigaciones posteriores han indicado que esta diferenciación entre valores instrumentales y terminales no merece ser retenida en el trabajo empírico (Schwartz, 2001), por lo que no se realizaron análisis diferenciando estos dos tipos de valores. Según los autores, los valores que componen esta escala quedan agrupados en 10 campos motivacionales básicos: Universalismo, Benevolencia, Tradición, Conformidad, Seguridad, Poder, Logro, Hedonismo, Estimulación y Autodirección. El formato de respuesta fue una escala tipo Likert de 7 puntos (desde 0, nada importante, hasta 6, de suprema importancia). Para evitar efectos de orden, la presentación de la escala de valores para los payos y para los gitanos fue balanceada a través de los participantes.

4. Medida de humanidad percibida del endogrupo (payos) y del exogrupo (gitanos) adaptada de Schwartz y Struch (1989) y compuesta por 6 ítems. A los participantes se les preguntó en qué proporción creían que los miembros del grupo evaluado se comportaban de acuerdo con 6 comportamientos «humanos/no humanos» (e.g. «¿Cuántos de los payos/gitanos en general cree que ayudan a los pobres?», «¿Cuántos de los payos/gitanos en general cree que cometen fraudes y engaños?»). El formato de respuesta fue una escala tipo Likert de 7 puntos, desde 0 (Ninguno) hasta 6 (Todos). Revertiendo la puntuación en los ítems correspondientes, puntuaciones altas indican alto grado de humanidad percibido en el grupo estímulo. El orden de presentación de esta medida para el endogrupo y el exogrupo fue balanceado a través de los participantes.

Procedimiento

Los cuestionarios se pasaron en grupos formados por unas 30 personas aproximadamente, durante una hora de clase, en un aula del centro de enseñanza al que pertenecían los estudiantes y bajo la supervisión de una persona encargada.

Resultados

Fiabilidad de las escalas

En la escala global de prejuicio manifiesto y sutil de Meertens y Pettigrew el coeficiente alpha de Cronbach fue 0,81. En la subescala de prejuicio manifiesto el coeficiente fue 0,81 y en la de sutil, 0,59. Dado que la consistencia interna de esta última subescala fue relativamente baja, se realizó un análisis factorial para conocer en qué factores se agrupaban los ítems que la componen. El análisis factorial solamente mostró un factor claro compuesto por los ítems 3, 5, 6, 11 y 16. La fiabilidad de esta subescala considerando solamente los ítems mencionados fue de 0,69. Ésta fue la subescala considerada para los análisis posteriores. En la Escala de Valores Schwartz el coeficiente alpha fue 0,90, tanto para el endogrupo como para el exogrupo. Por otra parte, debido a que la consistencia interna de la escala de humanidad obtuvo una fiabilidad moderada tanto para el endogrupo como para el exogrupo gitano, se procedió a realizar un análisis factorial que mostró dos factores principales que explicaron el 73,46% de la varianza en el caso del endogrupo y el 68,57% en el caso del exogrupo y que podríamos agrupar bajo los nombres de Altruismo (ítems 1 y 6: «¿Cuántos de los payos/gitanos en general crees que ayudan a los pobres?» y «¿Cuántos de los payos/gitanos en general crees que se preocupan en colaborar con el desarrollo de los países del tercer mundo?») y Honestidad (ítems 3 y 4 invertidos: «¿Cuántos de los payos/gitanos en general crees que explotan a las personas que están a su cargo?» y «¿Cuántos de los payos/gitanos en general crees que cometen fraudes y engaños?»). Las correlaciones entre los dos ítems de cada uno de estos índices fueron 0,59 y 0,66 para Altruismo y Honestidad, respectivamente, en el caso del endogrupo y 0,50 y 0,55 en el del exogrupo.

Análisis de los objetivos

Se calcularon las puntuaciones medias, para cada participante, de la importancia que a su juicio daban tanto el endogrupo como el exogrupo a cada uno de los 10 tipos motivacionales de valores. Como índice de la semejanza en valores se calculó para cada participante una correlación entre la puntuación que reflejaba la importancia percibida en los 10 campos motivacionales para el endogrupo y la importancia percibida para el exogrupo. Conforme mayor es la correlación, mayor es el nivel de semejanza entre los valores atribuidos al endogrupo y los percibidos en el exogrupo.

Además se calcularon las puntuaciones medias en las escalas de prejuicio sutil y manifiesto, encontrándose, de acuerdo con la idea de algunos autores sobre la prevalencia del prejuicio sutil en la actualidad (Sears, 1988), que la media en prejuicio sutil (M= 3,12) fue significativamente más alta que la obtenida en prejuicio manifiesto (M= 2,14), t(142)= 17,37; p<.001.

En primer lugar se compararon las puntuaciones que reflejaban la importancia otorgada por el endogrupo y el exogrupo a cada uno de los 10 campos motivacionales. Los resultados mostraron que aunque estas diferencias no fueron significativas para todos los campos motivacionales, sí lo fueron en gran parte de ellos, concretamente en: Logro (t(139)= 5,17; p<.001), Universalismo (t(137)= 4,44; p<.001), Seguridad (t(140)= 3,78; p<.001), Conformidad (t(139)= 3,50; p<.001), Benevolencia (t (138)= 3,17; p<.005), Autodirección (t(140)= 2,55; p<.05) y Poder (t(137)= 2,73; p<.01). En todos los campos citados se percibió al endogrupo más motivado por esos valores que al exogrupo.

A continuación se dividió a los participantes en tres grupos de acuerdo con el tercil de su puntuación en prejuicio manifiesto y en otros tres según su puntuación en prejuicio sutil. Dado que nuestros objetivos se centran fundamentalmente en las diferencias entre los individuos con alto y bajo nivel de prejuicio, en los análisis que se detallan a continuación se consideran solamente los participantes con niveles altos y bajos (no los de niveles intermedios de prejuicio). Las diferencias en prejuicio manifiesto y sutil fueron significativas entre los grupos altos y bajos en prejuicio (F(1,97)= 386,25; p<.001 y F(1,100)= 414,76; p<.001, respectivamente, para el prejuicio manifiesto y sutil). Se realizaron sendos ANOVAs mixtos, el primero considerando las puntuaciones en prejuicio manifiesto y el segundo considerando las de sutil. En cada uno de ellos se introdujo una variable entre grupos de dos niveles (Nivel de Prejuicio del participante: alto vs. bajo) y 2 variables intraparticipantes (Grupo de Valoración, con dos niveles: endogrupo vs. exogrupo; y Tipos de Valores, con 10 niveles correspondientes a los tipos motivacionales considerados).

El primer ANOVA, en el que se tomó como variable independiente las puntuaciones en prejuicio manifiesto, mostró los siguientes efectos. Fueron significativos tanto el efecto principal de la variable Grupo de Valoración como el de la variable Nivel de Prejuicio, F(1, 97)= 18,02, p<.01 y F(1, 97)= 10,23, p<.01, respectivamente, de manera que los participantes indicaron que el endogrupo consideraba como más importantes los valores en general que el exogrupo y los participantes con bajo nivel de prejuicio consideraron que (endogrupo y exogrupo) consideraban los valores presentados como más importantes que los individuos de alto prejuicio. Sin embargo, lo más interesante fue que estos dos factores interactuaron, F(1,97)= 4,99; p<.01), de manera que mientras que los individuos de bajo prejuicio manifiesto no mostraron que el endogrupo y el exogrupo dieran una importancia diferente a los valores (p>.15), los participantes de alto prejuicio manifiesto pensaban que el endogrupo daba más importancia a los valores (M= 3,81) que el exogrupo (M= 3,31), F(1,97)= 20,37; p<.001).

Además, también fue significativo el efecto principal de la importancia otorgada a cada uno de los diez Tipos de Valores, F(9, 873)= 7,96; p<.01), siendo este efecto modulado por el Grupo de Valoración (endogrupo-exogrupo) (F(9,873)= 2,45; p<.01). Concretamente teniendo en cuenta solamente a los participantes con alto o bajo prejuicio manifiesto, las diferencias endo-exogrupo fueron significativas en el caso de los valores «Universalismo», «Seguridad», «Conformidad», «Poder», «Logro» y «Autodirección», donde los individuos percibían que el endogrupo les daba más importancia que el exogrupo.

El ANOVA 2 X 2 X 10 similar al anterior, pero tomando como variable entregrupos el nivel de prejuicio sutilapoyó los resultados mostrados con el prejuicio manifiesto. Aunque los participantes pensaban que la importancia otorgada a los valores por parte del endogrupo era mayor que la otorgada por parte del exogrupo, y esto ocurría tanto en los participantes de bajo prejuicio (M= 3,95 vs. M= 3,75), F(1,100)= 4,11; p<.05, como en los de alto prejuicio (M= 4,11 vs. M= 3,57), F(1,100)= 26,17; p<.0001, las diferencias fueron significativamente mayores en estos últimos, Finteracción(1,100)= 5,21; p<.05. Además, esta interacción se vio modulada por el Tipo de Valores, como lo muestra la interacción Nivel de Prejuicio sutil X Grupo de Valoración X Tipo de Valores, F(9,900)= 3,74; p<.001. Con objeto de analizar esta interacción se realizó un ANOVA para cada tipo motivacional en los que se incluyeron como variable entregrupos el Nivel de Prejuicio sutil (alto vs. bajo) y como variable intraparticipantes el Grupo de Valoración (endogrupo vs. exogrupo).

Tal como puede observarse en la Tabla 1, los participantes con alto nivel de prejuicio sutil pensaban que el endogrupo daba más importancia que el exogrupo a los tipos de valores «Universalismo», «Benevolencia» y «Conformidad», mientras que los participantes con bajo nivel de prejuicio no percibían diferencias entre el endogrupo y el exogrupo en estos tipos motivacionales. Curiosamente, los individuos con alto nivel de prejuicio sutil consideran igualmente motivados al endogrupo que al exogrupo por el valor «Poder», mientras que los de bajo prejuicio consideraban menos importante este tipo motivacional para el exogrupo gitano que para el endogrupo payo. Por último, tanto los individuos con alto como con bajo prejuicio sutil percibieron como más importante el «Logro» para el endogrupo que para el exogrupo gitano.

Aunque la interacción que acabamos de describir no fue significativa en el análisis del prejuicio manifiesto (véase más arriba), en la Tabla 2 se presentan los datos correspondientes a este tipo de prejuicio para posibilitar la comparación entre los dos tipos de prejuicio.

Otra forma de analizar los datos sería utilizando la correlación entre la importancia percibida de los valores por el endogrupo y el exogrupo para cada participante, índice que, como antes se ha mencionado, muestra la semejanza percibida en valores entre el endogrupo y el exogrupo. Este criterio es diferente de la utilización de las diferencias percibidas en la importancia otorgada a cada tipo motivacional por el endogrupo y el exogrupo, criterio utilizado en los ANOVAs que acabamos de describir. En este caso, el índice de correlación entre los valores del endo-exogrupo para cada participante muestra en qué medida el patrón de importancia otorgada a los valores del endogrupo coincide con el patrón de importancia otorgada a los valores del exogrupo. De acuerdo con la teoría de la Congruencia de creencias de Rokeach este índice debería ser más alto en los individuos con bajo nivel de prejuicio que en los que muestran altos niveles de prejuicio dado que estos últimos tenderán a percibir más heterogeneidad entre el patrón de valores del endogrupo y del exogrupo. Sin embargo, de acuerdo a la propuesta de la Teoría de la Identidad Social, la similitud pecibida en valores entre el endogrupo y el exogrupo debería disparar más altos niveles de prejuicio que las diferencias. Los resultados de este nuevo análisis también corroboran la propuesta de la teoría de la Congruencia de Creencias, dado que en el grupo con alto nivel de prejuicio tanto manifiesto como sutil este índice de semejanza en valores fue considerablemente inferior (rpearson= 0,06 y rpearson= 0,07, respectivamente) al índice de correlación mostrado por los individuos con bajo nivel de prejuicio (rpearson= 0,31 y rpearson= 0,32).

Con objeto de analizar si la relación entre prejuicio y las diferencias percibidas en valores sería más alta en el caso del prejuicio sutil que en el de manifiesto, se calcularon las correlaciones entre las puntuaciones en cada uno de los tipos de prejuicio (controlando el efecto del otro tipo de prejuicio) y las diferencias en valores entre el endogrupo y el exogrupo (índice calculado para cada individuo restando la importancia que a su juicio daba el endogrupo y el exogrupo a cada valor y promediando las diferencias en los 10 valores). En este caso los resultados mostraron que las dos correlaciones fueron idénticas (r= -.18, p<.05).

Para el análisis de las diferencias en humanidad percibida entre el endogrupo y el exogrupo por los participantes con diferentes niveles de prejuicio, se realizaron otros dos Análisis de Varianza tomando como variable entregrupos en el primer caso el Nivel de prejuicio manifiesto y en el segundo el Nivel de prejuicio sutil, e introduciendo como variables intraparticipantes en ambos casos el Grupo de valoración (endogrupo vs. exogrupo) y el Índice de humanidad (altruismo vs. honestidad).

Tal como se muestra en la Tabla 3, en el análisis que tomó como factor entregrupos el nivel de prejuicio manifiesto, mostró un efecto principal del Grupo de Valoración, de manera que el endogrupo fue percibido como más «humano» (más altruista y honesto) que el exogrupo (F (1,97)= 19,96; p<.0001). No obstante, ese efecto se vio modulado por el nivel de prejuicio de los individuos. Así, los participantes con alto nivel de prejuicio mostraron mayor diferencia entre el Índice de humanidad percibida en el endogrupo (M= 3,09) y en el exogrupo (M= 2,20) que los participantes con bajo nivel de prejuicio (M= 3,05 vs. M= 2,98), Finteracción (1,97)= 14,37; p<.001). Este patrón de interacción se observó tanto para el índice de altruismo como para el de honestidad, aunque en mayor medida para este último, Finteracción (1,97)= 7,21; p<.01.

Por otra parte, en el ANOVA en el que se incluyó como factor entregrupos el nivel de prejuicio sutil, de nuevo el efecto principal del Grupo de Valoración fue significativo (F (1,100)= 32,75; p<.0001). Además, como en el caso del prejuicio manifiesto, los individuos con alto nivel de prejuicio sutil percibieron una mayor diferencia entre la humanidad del endogrupo (M= 2,98) y la del exogrupo (M= 2,06) que los individuos con bajo prejuicio (M= 3,22 vs. M= 2,93), Finteracción (1,100)= 8,95; p<.005). En este caso los efectos fueron similares para los dos índices de humanidad considerados: altruismo y honestidad (Finteracción <1).

Otro dato interesante, obtenido en los dos últimos análisis descritos, fue que tanto tomando como factor entregrupos el prejuicio manifiesto como el sutil, el altruismo percibido en el endogrupo fue mayor que el percibido en el exogrupo, mientras que la honestidad percibida en el endogrupo y en el exogrupo fue similar (F(1,97)= 47,15; p< 0001 y F(1,100)= 39,87; p<.0001, respectivamente, para el prejuicio manifiesto y sutil).

Discusión

Los resultados de este estudio han mostrado, en primer lugar, que los participantes (todos payos) creen que existen notables diferencias entre los valores que consideran importantes los miembros del endogrupo y los del exogrupo gitano. De los 10 campos de valores, en 7 se considera que el endogrupo les da más importancia que el exogrupo: Logro, Universalismo, Seguridad, Conformidad, Benevolencia, Autodirección y Poder. Curiosamente, no se ha encontrado que los participantes perciban que payos y gitanos difieran en la importancia otorgada a los valores Tradición, Estimulación y Hedonismo, valores que en principio podríamos considerar especialmente vinculados al grupo gitano. Parece existir en los individuos un claro sesgo endogrupal, atribuyendo sistemáticamente más importancia a los valores para el endogrupo que para el exogrupo. Quizás ésta sea la razón por la que no se encuentren diferencias en tres tipos motivacionales que podrían resultar más importantes para los gitanos, en los que los participantes prefieren no mostrar diferencias, y así no propiciar, ni siquiera en ellos, una comparación desfavorable para el endogrupo.

Por otra parte, también se ha encontrado que el endogrupo es percibido con mayor humanidad que el exogrupo, especialmente en el caso de los participantes con altos niveles de prejuicio, aunque este efecto se debe a que el endogrupo se considera más altruista (pero igual de honesto). Este resultado es algo sorprendente, dado que la deshonestidad ha sido un rasgo estereotípicamente asociado a los gitanos. Una posible interpretación de este resultado iría en el sentido que han sugerido diversos investigadores: tildar a los gitanos de deshonestos puede ser poco deseable socialmente en la actualidad, amenazando la autopercepción como persona no-racista, mientras que pensar que los payos son más altruistas tiene un carácter más sutil (el altruismo, por otra parte, puede considerarse como una de las características más elevadas en la especie humana).

En segundo lugar, aparece claramente corroborado por los datos que la diferencia entre los valores del endogrupo y el exogrupo es más acentuada entre los individuos con mayores niveles de prejuicio, confirmándose de esta manera la relación entre la diferencia percibida en valores del endogrupo y del exogrupo y el prejuicio. Este resultado apoya la formulación de la Teoría de la Congruencia de Creencias de Rokeach (1968) en contraposición de la formulada desde la Teoría de la Identidad Social (Tajfel y Turner, 1986). Puede ser que las características específicas de la relación payos-gitanos determinen este hecho. Además, el resultado que acabamos de comentar está en consonancia con la idea de que los individuos con niveles altos de antagonismo hacia el exogrupo podrían utilizar la distinta importancia otorgada a los valores del endogrupo y el exogrupo como una justificación de su actitud negativa hacia este último (Kristiansen y Matheson, 1990). Por tanto, parece totalmente pertinente la sugerencia realizada por múltiples investigadores de considerar la diferencia percibida en valores como un elemento clave para comprender las actitudes prejuiciosas hacia otros grupos. Aunque nuestra investigación no nos permite establecer una posible dirección en la relación entre estas dos variables (¿es la diferencia en valores lo que lleva al prejuicio? o ¿es el prejuicio lo que lleva a percibir que los otros son diferentes?), creemos que la existencia de esta relación debería de ser tenida en cuenta en los debates socio-políticos que en la actualidad se mantienen acerca de la integración de la minorías: aunque se esté de acuerdo en el respeto a los valores y creencias de los miembros de otros grupos, no debería olvidarse la estrecha relación que la diferencia en valores y creencias guarda con el prejuicio.

Contrariamente a lo que mantiene la formulación del prejuicio sutil y manifiesto, la relación entre la diferencia en valores y prejuicio no fue más alta en el caso del prejuicio sutil que en el del manifiesto. Este resultado se pudiera deber a que, al menos con el exogrupo utilizado, no existe una distinción clara entre prejuicio manifiesto y sutil, no resultando dos factores independientes, sino relacionados entre sí. De hecho, la correlación entre la puntuación de los participantes en prejuicio manifiesto y sutil fue alta (r= 0,55; p<.0001) y la consistencia interna de la escala completa, incluyendo ambos tipos de prejuicio, también lo fue (Alpha de Cronbach= 0,81). Por tanto, nuestras predicciones parecen quedar apoyadas tanto en el caso del prejuicio manifiesto como sutil.

Sin embargo, cuando nos centramos algo más detenidamente en los valores en los que las diferencias percibidas entre payos y gitanos son más marcadas, en función de los niveles de prejuicio manifiesto o sutil que tienen, podemos encontrar matizaciones a la supuesta equivalencia entre estos dos tipos de prejuicio en nuestro estudio, lo que quizá nos aporte algunas pistas acerca de las características que pueden distinguirlos. En el caso de los individuos con niveles altos de prejuicio sutil, el tipo motivacional en el que se perciben más diferencias endogrupo-exogrupo, favoreciendo al primero, es en Benevolencia, el cual incluye valores como honestidad, ayuda, responsabilidad, etc. Quizás, en este campo motivacional, los individuos ven ciertos valores asociados distintivamente a la especie humana (otro índice de humanidad), por lo que tal como apuntan Schwartz y Struch (1989) los participantes con una actitud antagonista sutil hacia los gitanos intentan marcar las diferencias entre el endogrupo y el exogrupo respecto a él. Sin embargo, en los individuos con bajo nivel de prejuicio sutil no se perciben diferencias respecto a la motivación de los gitanos y los payos en este campo.

Por otra parte, en los participantes con altos niveles de prejuicio manifiesto el tipo motivacional en el que las diferencias percibidas son más importantes es en la Conformidad (buenos modales, obediencia, autodisciplina, etc.), mientras que los participantes con bajo nivel de prejuicio manifiesto no perciben diferencias en la motivación de payos y gitanos en este valor. Podría entenderse que quizás el valor elegido por los individuos con más prejuicio manifiesto sea más explícito, más claro y obvio (dado el estereotipo generalizado de que los gitanos son muy poco disciplinados y educados, además de que se trata de rasgos más fácilmente observables) que el que utilizan los individuos con prejuicio sutil, el cual es menos claro y más relacionado con las intenciones y características más profundas de los individuos.

En cualquier caso, lo que sí parece desprenderse de nuestros resultados es la importancia de la consideración de los valores del exogrupo y su semejanza o diferencia con los del endogrupo si queremos comprender en mayor profundidad las relaciones entre payos y gitanos y, por extensión, entre otros grupos sociales (Páez y González, 2000).

Agradecimientos

Esta investigación ha sido realizada dentro del proyecto SEC98-0901 concedido por la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología dentro del Plan Nacional de I + D.

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