Durante el siglo XX el coeficiente alfa (α) fue ampliamente utilizado en el cálculo de la consistencia interna de las puntuaciones de los test. Después de identificar algunos malos usos, a principios del siglo XXI se difundieron alternativas, especialmente el coeficiente omega (ω). Actualmente α resurge como una opción aceptable. Método: Revisamos aportaciones académicas, hábitos de publicación en revistas y recomendaciones de textos normativos con el fin de identificar buenas prácticas en la estimación de la fiabilidad de consistencia interna. Resultados: Para guiar el análisis, proponemos un diagrama de decisión en tres fases, a saber, descripción de los ítems, ajuste del modelo de medida del test y elección del coeficiente de fiabilidad de las puntuaciones. Para su ejecución proporcionamos recomendaciones sobre el uso de los programas R, Jamovi, JASP, Mplus, SPSS y Stata. Conclusiones: Tanto α como ω son adecuados para ítems que se distribuyen de forma aproximadamente normal y medidas aproximadamente unidimensionales y congenéricas sin cargas factoriales extremas. Cuando los ítems tienen otra distribución, un fuerte componente específico o sus errores están correlacionados, resultan más adecuadas variantes de ω. Algunas de ellas requieren diseños específicos de obtención de datos. A nivel práctico recomendamos un uso crítico del software.