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La revista Psicothema fue fundada en Asturias en 1989 y está editada conjuntamente por la Facultad y el Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo y el Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias. Publica cuatro números al año.
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PSICOTHEMA
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Psicothema, 2001. Vol. Vol. 13 (nº 2). 222-228




VARIABLES DE PROTECCIÓN ANTE EL CONSUMO DE ALCOHOL Y TABACO EN ADOLESCENTES

José Miguel Martínez González y Luis Robles Lozano

Centro Provincial de Drogodependencias de Granada

El objetivo del estudio fue conocer el efecto de determinadas variables de protección sobre el consumo de sustancias legales. Para ello utilizamos una metodología cuasi-experimental con un diseño de grupos no aleatorios, aplicando la prueba «t de Student» con un nivel de significación de 0.05. La muestra utilizada estuvo compuesta de 534 sujetos, el 40.4 % hombres y el 59.6 % mujeres, con edades comprendidas entre los 14 y 21 años de edad, estudiantes de enseñanzas medias. Los resultados mostraron que 14 variables protectoras de las 21 medidas presentaban diferencias estadísticamente significativas a favor de sujetos que no consumían alcohol habitualmente. Una vez más, el «apego familiar», «el hecho de valorar la salud» y «el cumplimiento de leyes-normas de la comunidad» parecen ser variables que podrían proteger a los sujetos a determinadas edades para el consumo habitual de drogas como el alcohol y tabaco.

Protection variables in adolescents use of alcohol and tobacco. The end of this paper, was to know the efect of protection variable in use legal substances. For this reason we use a quasi-experimental methodology with a design of not aleatory groups, applying the «t of Sudent» test with a significance level of 0.05. The used sample was made up of 534 fellows, the 40.4% was males and the 59.6% females, with ages located between the 14 and the 21 years old, students of secondary education. The results showed 14 protection variables, among the 21 measured ones, presenting statistically significant differences, in favor of fellows that didn’t consume alcohol habitually. Once again, the «family attachment», the «fact of valuing health» and the «observance of laws or community norms» seem to be variables that could protect the fellows, in determined ages, in front of the habitual consumption of drugs as alcohol and tobacco.

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La incidencia que en la actualidad está teniendo en nuestro entorno el abuso de alcohol y consumo habitual de tabaco entre los jóvenes es muy importante(Comas, 1994; Navarro, 1999). Hechos como éste nos llevan a la necesidad de diseñar programas de prevención, basados en datos objetivos y empíricos con suficiente validez, y más concretamente en el conocimiento de las variables de riesgo presentes en el desarrollo y mantenimiento del consumo de drogas.

En los numerosos programas de prevención que tienen como marco teórico el análisis de las variables de riesgo y de protección, consideramos que existe una abundante información sobre los programas basados en la reducción de las variables de riesgo. Por el contrario, vemos necesario profundizar en la adquisición y potenciación de variables de protección, definidos como aquellas variables que estando presentes en el individuo, familia, comunidad, etc., disminuyen, modulan, limitan o compensan, el peso que los factores de riesgo podrían tener para el desarrollo de una drogodependencia (Newcomb y Felix, 1992; Hawkins, Catalano y Miller, 1992).

Los estudios que se han realizado sobre la presencia de variables de protección en el campo de la prevención de las drogodependencias se han centrado en poblaciones de adolescentes, de diferentes entornos culturales, edad, etc. En un trabajo reciente, se presenta una revisión en el que se constata que la mayoría de los estudios se han realizado en culturas diferentes a la nuestra (Robles y Martínez, 1998). En este mismo trabajo aparece un listado de variables de protección, referidos a los dos mecanismos por los que estas variables actúan reduciendo el riesgo del abuso de sustancias: «Protección-protección» y «Riesgo-protección». El mecanismo «protección-protección» haría referencia a la potenciación que entre sí se efectúa entre dos variables de protección, mientras que el mecanismo «riesgo-protección» podría responder al efecto protector ante la influencia que ejerce una variable de riesgo.

En la literatura, las variables de protección más citados son: 1) el apego familiar (Carrasco y Luna, 1995; Dettman, 1994; Perotto y Baldivieso, 1994; Resnick et al., 1997; FAD, 1996, y otros; Recio, 1991, citado en Pérez y Megías, 1998; Willis et al., 1992); 2) la existencia de normas de conducta claras tanto en el entorno familiar como en la escuela (Dettman, 1994; Gerevich y Bacskai, 1996; NIDA, 1997; Secades, 1996); 3) relaciones familiares satisfactorias, a favor de la estabilidad y la cohesión familiar (Newcomb y Felix, 1992; Gerevich y Bacskai, 1996; NIDA, 1997; Secades, 1996); 4) alto apoyo social (APTA, 1989; Newcomb, Felix, 1992; Hawkins, 1992); 5) implicación en actividades religiosas y asistencia a actividades de parroquia (Newcomb y Felix, 1992; Hawkins J.D. et al., 1992; Mathias, 1997; Resnick, 1997; Wit, Silverman et al., 1992 y otros); 6) valores positivos con respecto al cuerpo y a la vida (Carrasco y Luna, 1995; Dettman, 1994; Friedman y Bransfield, 1995); 7) auto-aceptación (Newcomb y Felix, 1992; Gerevich y Bacskai, 1996; Lucas, 1988; Resnick et al., 1997).

Además de las indicadas, se ha incorporado en el estudio una posible variable protectora que, aunque no ha sido citada por otros autores, parece tener cierta relevancia, como pudimos comprobar en un estudio anterior en el que veíamos cómo «el miedo a las drogas» saturaba junto a otra variable protectora como era el «rechazo no tanto a las drogas como a la dependencia» (Martínez y Robles, 1999).

En algunos estudios se ha podido constatar cómo algunas variables que intervienen en la génesis de la drogodependencia tienen más o menos peso en función de otras variables como el sexo y lugar de residencia (Friedman y Bransfield, 1995). Los hombres tienen más probabilidad en comparación a las mujeres para el desarrollo de una drogodependencia (Wit, Silverman, Goodstadt y Stoduto, 1995). Los niños tienen más probabilidad de consumir drogas que sus hermanas compartiendo aparentemente las mismas condiciones familiares, sugiriendo que los niños disponen de menos variables de protección que las mujeres (Friedman y Bransfield, 1995).

Ciertas variables de protección están asociadas a determinadas sustancias, no siendo generalizables los efectos de una de ellas a cualquier tipo de droga. Además, dichas variables operan de forma distinta según las edades de los individuos (Newcomb y Felix, 1992).

Como hemos mencionado con anterioridad los datos de los que hasta ahora disponemos con respecto a la presencia, tipo, peso, etc., de estas variables de protección se obtienen, principalmente, de estudios que se han realizado en culturas diferentes a la nuestra. La mayor parte de los estudios se realizan en poblaciones de Estados Unidos y, por tanto, las conclusiones vertidas en estos trabajos tienen la limitación propia de la generalización para su aplicación en nuestro entorno.

Este estudio podría permitir profundizar en las variables de protección presentes en nuestro entorno sociocultural, centrándonos en el consumo de tabaco y alcohol en una población de adolescentes, etapa correspondiente al ciclo vital donde los individuos son más vulnerables al desarrollo de conductas de abuso de drogas (Mathias, 1997; Scheier, Newcomb y Skger, 1994). Considerando algunas aportaciones que se centran en la relación de los padres e iguales durante la adolescencia, se postula que el consumo de drogas como marihuana, cocaína, heroína, etc., se produce de manera secuencial, a partir del consumo de alcohol y tabaco (Becoña, 1999).

Igualmente el estudio analiza las variables de protección en drogodependencias como es el sexo y el lugar de residencia, que parecen haber mostrado diferencias en otros estudios (Newcomb, Felix, 1992; Gilchrist, 1995; Friedman y Bransfield, 1995).

En total se han seleccionado 21 variables que podrían proteger del consumo de drogas, siendo éstas las más nombradas por los autores tras la revisión realizada (Robles y Martínez, 1998).

Se han planteado los siguientes objetivos:

1º) Conocer la relación entre variables de protección y el consumo de alcohol y tabaco en adolescentes; 2º) comprobar si las variables de protección discriminan más o menos dependiendo de la sustancia objeto de estudio; y 3º) contrastar si existen diferencias estadísticamente significativas (en la capacidad discriminativa de las variables) entre sexos y dependiendo del lugar de residencia.

Método

Sujetos

La muestra estuvo compuesta por 534 sujetos, el 40.4 % eran hombres y el 59.6 % mujeres. La edad media era de 16 años y el rango entre los 14 y 21 años.

Los sujetos eran estudiantes de cuatro centros educativos de la provincia de Granada: IES José de Mora (52.4 %), IES Jiménez Montoya (3.6%, pertenecientes a Módulos de Formación), IES El Fuerte (22.3 %), IES La Madraza (21.7 %). Los sujetos que fueron encuestados en cada uno de estos centros residían en más de 18 municipios de la provincia.

Con el objeto de que la muestra fuese lo más representativa posible, se eligieron aleatoriamente alumnos de todos los grupos aplicando un procedimiento de muestreo por conglomerados, escogiendo todos los sujetos de cada curso seleccionado y algunos cursos de cada nivel. Los sujetos fueron muestreados en función de la siguiente distribución: el 26.6% de 3º de ESO; el 26.2 % de 4º de ESO; el 25.8 % de 1º de Bachiller y 1º de Módulo de Formación; el 21.3 % de 2º de Bachillerato y 2º de Módulo de Formación.

Procedimiento

Para establecer los grupos de comparación en relación al lugar de residencia se clasificaron los 18 municipios de la provincia en función de si tenían más de veinte mil habitantes, asignándole para el estudio la condición de urbana, y menos de veinte mil, asignándole la condición de rural (la gran mayoría de las localidades establecidas como rural eran municipios de menos de diez mil habitantes).

Ante la no disponibilidad de un instrumento que arroje información sobre las variables de protección en drogodependencias, el método consistió en hacer aquellas preguntas concretas que harían referencia a cada una de las variables protectoras seleccionadas. De este modo, pretendíamos dar un primer paso hacia la futura validación del instrumento utilizado. Cada uno de los ítems empleados en el cuestionario se construyó recogiendo la información más llamativa de cada uno de las variables de protección descritas por la literatura.

Cuestionario

El cuestionario se compone de dos partes (ver tabla 1):

1ª) Destinada a datos demográficos, hábitos de consumo de alcohol y tabaco por parte de los padres, hermanos y amigos de los sujetos. Consumo por parte de los hermanos y consumo propio tanto de alcohol, tabaco y otras drogas. Existencia de algún problema de alcoholismo en alguno de los padres, características específicas del tipo de consumo de alcohol, tipo de consumo de tabaco, consumo previo de otras drogas y consumo actual de drogas ilegales, etc. Las 11 preguntas de esta primera parte se presentaron con opciones de respuesta de varias alternativas para clasificar la muestra en función de aspectos que nos permitieran realizar el posterior análisis matemático de los datos.

2ª) Compuesta por 21 preguntas relativas a diferentes variables de protección que pretendíamos medir. El modo de respuesta ha sido una escala tipo Likert, en la que se utilizó un rango de respuesta de 1 a 5 siendo la interpretación cualitativa de los números la siguiente: 1= nunca /ninguno-a; 2= Casi nunca / Muy pocos-as; 3= Algunas veces/ Algunos-as; 4= Casi siempre/ Casi todos-as; 5= Siempre/ Todos-as. De este modo, a más puntuación corresponde una mayor presencia de la variable de protección que se pretende medir.

No se estableció un tiempo límite para responder a los cuestionarios.

Diseño

Dado que se quería centrar la atención en sustancias legales como alcohol y tabaco, se establecieron dos grupos de comparación:

1º Un grupo de 534 sujetos para la comparación entre beber (48.5 %)/no beber (51.5 %).

2º Un subgrupo del anterior (en función de la incidencia del consumo de tabaco - el 50 % en cada condición) de 276 sujetos para la comparación fumar/no fumar. En esta división se tuvieron en cuenta características demográficas, procedencia, y curso escolar, con el fin de homogeneizar los dos grupos de comparación.

En ambos casos, los sujetos entregaban el cuestionario completado de forma anónima introduciéndolo en un sobre que se cerraba en presencia de los alumnos con el objetivo de facilitar la confianza de los sujetos y preservar la confidencialidad de los resultados.

Análisis estadístico

Para el análisis de los datos que genera el diseño anteriormente especificado, se utiliza un contraste sobre diferencias de medias utilizando para tal efecto el estadístico t - Student y estableciendo un nivel de significación para tomar decisión estadística de 0.05.

Resultados

En relación al Análisis de las diferencias de la presencia de las variables entre grupos en relación «no beber / beber», se encontraron diferencias estadísticamente significativas en 14 variables de las 21 medidas (los valores de «t» podemos verlos en la Tabla 2). Entre todos los casos en que aparecen diferencias estadísticamente significativas, algunas de las variables presentan niveles bajos de probabilidad de cometer error tipo I, como es el caso de: «apego» (t = 2.69, p≤ .007), «tener miedo a las drogas» (t = 3.58, p≤ .0003), «asistencia a actividades parroquiales o a la iglesia (t = 3.98, p≤ .0007), «valorar la salud» (t = 3.09, p≤ .002), «valor de autosuperación» (t = 3.23, p≤ .001), «cumplimiento de leyes y normas en la comunidad» (t = 5.48, p≤ .000), «expectativas positivas de futuro» (t = 2.64, p≤ .008).

Con una mayor probabilidad de error encontramos: «directividad por parte de los padres», «existencia de rituales en la familia», «alta autoestima», «alto rendimiento escolar», «autosatisfacción», «cumplimiento de compromisos personales» y «existencia de normas claras en la escuela».

De este modo, podríamos concluir que 14 variables de las analizadas ejercen su efecto modulando la posibilidad del consumo de alcohol.

En relación al Análisis de las diferencias de la presencia de las variables en relación al grupo de comparación a «no fumar / fumar», encontramos 5 variables en las que ambos grupos puntúan diferente de forma estadísticamente significativa (ver tabla 2): «apego» (t = 3.10, p≤ .002), «apoyo social» (t = -3.02, p≤ .002), «valorar la salud» (t = 3.28, p≤ .001), «cumplimiento de leyes y normas de la comunidad» (t = 2.41, p≤ .01), «conocimiento de las leyes sobre las drogas» (t = -4.25, p≤ .000). En este caso, vemos cómo en dos de las 5 variables de protección el valor del estadístico puntúa en sentido contrario al asociado a la presencia de la protección como es el caso del «apoyo social» y «conocimiento de las leyes sobre las drogas». El «apoyo social» y «conocimiento de las leyes sobre las drogas» con valores de «t» - 3.02 y - 4.25 respectivamente, presentan una tendencia en el peso de la diferencia, en la medida en que parecen ser más características de los sujetos que fuman que de los sujetos que no fuman como era de esperar.

En ambos grupos de comparación, la tendencia de los valores de «t» apoya nuestra hipótesis en relación a mayor presencia de variables de protección en los sujetos que no consumen alcohol habitualmente y/o no fuman tabaco. Tres de las variables de protección medidas: apego, valorar la salud y cumplimiento de normas de la sociedad; muestran diferencias estadísticamente significativas en los dos grupos de comparación. No todas las variables puntúan de forma diferente, pero cuando lo hacen (salvo en los casos mencionados en relación a la conducta de fumar tabaco) es en el sentido esperado y por tanto apoyando el concepto de protección. Parecen por tanto responder al hecho de ser variables de protección tanto en el caso del consumo posible de alcohol y consumo de tabaco. El resto de las variables de protección parecen responder a una especificidad de la protección en función del tipo de sustancias.

Recordemos que todas las personas disponen de variables de protección, por lo que los resultados que se presentan a continuación no son excluyentes entre sí, de modo que las diferencias hacen referencia a que el factor puede tener más importancia para un sexo en comparación al otro, pero en ningún caso podemos concluir que el factor es exclusivo de un solo sexo.

Con respecto al Análisis de las diferencias de la presencia de las variables de protección en función del sexo, nos centramos exclusivamente en las variables que previamente habían puntuado de forma diferente y de forma estadísticamente significativa de manera que aparecían más claramente en el grupo de sujetos que no consumían sustancias.

Aparecen 8 variables que puntúan de forma estadísticamente diferente de forma significativa en función del sexo (ver Tabla 3). Entre ellas hay tres altamente significativas como es el caso de: «valorar la salud» con un p≤ .0001 (con un valor de «t» [4.88 y gl 468] que lleva a esta variable a tener más importancia para los hombres), «alto apoyo social» con p≤ .00002 (siendo en este caso una variable de protección con mayor importancia [t = -4.27 y gl 473] cuando hablamos del riesgo que tendría una mujer en comparación con el hombre); y «cumplimiento de las normas de la comunidad» con un p≤ .00008 [t = - 3.96 y gl 472] (siendo la diferencia a favor de las mujeres). De este modo las 8 variables señaladas en la Tabla 3 indican que el sexo es una variable que diferencia las variables en su importancia como protección dependiendo de si se tratan de hombres o mujeres. Las variables señaladas anteriormente parecen afianzar estas diferencias en mayor medida. Merece destacarse que de los 8 variables que puntúan de modo diferente en función del sexo, 6 se asocian en mayor medida con las mujeres a la vez que al alcohol.

Respecto al Análisis de las diferencias en función del lugar de residencia son solamente dos las variables de protección que parecen depender en importancia en función del lugar de residencia. En este sentido encontramos como el «apego familiar» (con un p≤. .01 [ t =2.40 y gl 526]), para el grupo de sujetos que viven en zona rural y «cumplimiento de compromisos personales» (con un p≤ .02 [ t = -2.30]), para sujetos que viven en zona urbana.

En relación al consumo de drogas ilegales (tabla 4) destacar el cánnabis como sustancia más consumida en la actualidad en comparación al resto de sustancias sobre las que se preguntó. El 27.4% de la muestra manifestó haber fumado alguna vez cánnabis.

Discusión

Como se puede observar tras el análisis estadístico de las diferencias, encontramos la confirmación de una mayor presencia de variables de protección en el grupo de sujetos que no consumen alcohol de forma habitual (Hawkins et al 1992; Rhodes, 1995). En cuanto a la conducta de fumar, los resultados nos llevan a considerar tres variables de protección a favor del grupo de sujetos que no fuman(Resnick, 1997 y Sussman, 1997). Señalar que las variables que han presentado un valor del estadístico contrario al esperado no presentan diferencias estadísticamente significativas en el grupo de comparación relacionado con el consumo de alcohol.

Igualmente, los resultados nos indican una diferencia en el comportamiento de las variables de protección en función del tipo de sustancia, dado que en el caso del no consumo de alcohol aparecen más cantidad de variables de protección que en el caso del no consumo de tabaco, con lo que estas variables parecen asociarse más al consumo de alcohol (Husson, 1997; Jessor, Van Den Vos, et al 1995; Rogosch, Chassin y Kenneth, 1990). Se ha podido comprobar cómo tres de las variables analizadas tienen capacidad de incidir de forma semejante en la protección del sujeto adolescente ante el consumo de alcohol y tabaco.

Teniendo en cuenta que la media en las respuestas de los sujetos que no consumen alcohol y no fuman se sitúa por encima del valor «3» y tienen una desviación típica menor a la que se presenta cuando se trata del grupo de sujetos que consume alguna de las dos sustancias, se observa cómo la prueba utilizada para la medición discrimina entre sujetos con una puntuación alta en las medias, lo que viene a representar en este caso que la prueba discrimina entre sujetos que podrían presentar niveles elevados de protección. Con respecto a la población en general y teniendo en cuenta que nos referimos al consumo de alcohol y tabaco, utilizando este cuestionario se podría discriminar entre sujetos que no tienen porqué presentar niveles elevados de marginalidad, siendo por tanto susceptible de utilizarse en una gran proporción de la población.

En las tareas preventivas dirigidas al consumo abusivo de alcohol en jóvenes, podemos utilizar el instrumento con el objeto de conocer el grupo de sujetos que está menos protegido ante la posibilidad de decidir beber alcohol de manera habitual. Nos parece importante contar con una prueba que nos da información sobre pequeñas diferencias entre sujetos que forman parte del grupo mayoritario de nuestro entorno, y que en general presentan variables de protección.

Según los resultados obtenidos, la capacidad discriminativa de la prueba no es la misma en el caso del alcohol y el tabaco.

Es importante que en posteriores estudios profundicemos en las diferencias en cuanto a la capacidad discriminativa de la prueba para el consumo de otro tipo de sustancias.

Se ha podido comprobar cómo las variables protectoras analizadas en nuestro estudio y coincidentes con otros trabajos sobre variables de protección durante la adolescencia (Jessor, Van Den Vos, et al 1995; Husson, 1997; Hawkins y Catalano, 1992; Pérez y Megía, 1998) tienen como se esperaba mayor o menor peso en la protección dependiendo del sexo (Wit de y Silverman, 1995; Newcomb y Felix, 1992; Fierdman y Bransfield, 1995; González, García y González, 1996).

Sólo dos variables han arrojado diferencias estadísticamente significativas en el caso del lugar de residencia.

Los resultados vienen a corroborar la presencia de algunas variables que se han denominado variables de riesgo (Botvin y Botvin, 1993), no coincidiendo del mismo modo con aportaciones en las que se daba un mayor consumo de tabaco en los hombres que en las mujeres (Friedman y Bransfield, 1995), aunque si bien es cierto los estudios epidemiológicos están mostrando cómo los porcentajes de uso de tabaco están recayendo en los últimos años sobre la mujer (Navarro, 1999).

Estos datos corroboran los resultados de estudios que han apuntado al hecho de tener un progenitor fumador o un amigo fumador como factores que propician el consumo de tabaco. Así hay una gran diferencia entre sujetos que fuman o no fuman en función de tener o no amigos que consumen drogas: la gran mayoría de sujetos que tienen amigos que toman drogas son bebedores habituales de alcohol. Por el contrario, el hecho de que los padres estén o no separados no parece tener relación con la situación de consumo de tabaco y/o alcohol de los sujetos encuestados. La mayoría de los sujetos que dicen beber alcohol habitualmente son los que también fuman, aunque estas posibilidades no coinciden en todos los casos.

Una variable protectora que podría añadirse a futuros estudios sobre variables de protección en drogodependencias es el «miedo a las drogas», variable que hasta ahora no se había contemplado en investigaciones anteriores. Tengamos en cuenta que la variable «miedo a las drogas» debe relacionarse en su capacidad protectora, junto a la presencia de otras variables de protección.

El cuestionario se está sometiendo al estudio psicométrico al entender que ha sido capaz de discriminar entre grupos con valores altos en una variedad amplia de variables protectoras, que a su vez, coinciden con aportaciones de otros estudios sobre variables de protección en drogodependencias.

Agradecimientos

Agradecemos a los profesores Pío Tudela Garmendia y Humberto M. Trujillo Mendoza (Facultad de Psicología de la Universidad de Granada) su asesoramiento en la realización de este trabajo.

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Aceptado el 19 de diciembre de 2000

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